7 expresiones de gratitud diarias que pueden ayudarte en tu aventura con el ejercicio
¿Qué es lo primero que haces por las mañanas? ¿Revisar el teléfono? ¿Posponer el despertador?
Para comenzar siempre tu día con el pie derecho, considera practicar la gratitud diariamente en vez de hacer esas cosas.
Como numerosos estudios han demostrado, expresar la gratitud tiene muchos beneficios. Desde inspirarte a priorizar el cuidado personal y mejorar tu paciencia, hasta disfrutar más de las cosas; el valorar lo que tienes, en vez de fijarte en tus defectos, es una herramienta mental poderosa.
Para mantener este enfoque positivo durante todo el día, puedes incorporar una rutina diaria de gratitud en tu régimen de ejercicios. A continuación, encontrarás siete expresiones útiles que puedes repetir cuando necesites un empujoncito.
1. "Puedo ir al gimnasio"
Aunque puede parecer algo obvio, el tener la posibilidad de unirnos a un gimnasio y caminar (o manejar) hasta allí es algo por lo que debemos estar agradecidos. Si tenemos en cuenta que hay muchos lugares en el mundo en donde el acceso a un gimnasio es algo limitado, es buena idea comenzar nuestra sesión recordando lo afortunados que somos de poder hacerlo. Puede que llegues a valorar el tiempo que pasas en el gimnasio aún más.
2. "Puedo pedirle más a mi cuerpo"
¿Sientes que tus músculos están sensibles o adoloridos mientras vas camino al trabajo? Eso es algo que con un poco de gratitud se puede solucionar. Si bien las sesiones en el gimnasio pueden hacer que tengas algunas molestias al principio, si los músculos te duelen es que estás haciendo las cosas bien. Deja que esa sensación sea un recordatorio de que estás pidiéndole un poco más a tu cuerpo y de que estás trabajando tus músculos para mejorar tu salud y resistencia.
3. "Tengo a mi alcance verduras y alimentos saludables"
Si solo te concentras en el ejercicio, tómate un momento para prestarle atención a la nutrición. Cuando eres consciente de lo que ingieres, puedes aumentar los niveles de energía y mejorar tu salud. El hecho de que puedas ir al supermercado a llenar tus bolsas de vegetales y otros alimentos saludables es, sin duda, algo que debes agradecer.
4. "Soy más fuerte de lo que creo"
Seamos honestos, la gran mayoría de la gente no tiene confianza en sí mismo. Cuando se trata de tu rutina de ejercicios y la perseverancia, es muy probable que seas más firme de lo que crees (y más fuerte de lo que piensas). Para poder ir al gimnasio se necesita mucha determinación, así que no te subestimes. Cada vez que te ejercitas te mueves hacia una versión más saludable y más fuerte de ti mismo. Eso es definitivamente algo que tienes que celebrar.
5. "Tengo un maravilloso sistema de apoyo"
Inspírate con la gente que siempre te alienta a seguir adelante, ya sean aquellos compañeros que conociste en el gimnasio, tus mejores amigos de la facultad o tus colegas de trabajo. Pensar en el apoyo y el aliento que te dan hace que quieras seguir haciendo ejercicio, aún cuando no tienes muchas ganas, o que quieras probar un nuevo equipo, o simplemente ser una mejor persona. Deja que tu gratitud diaria sea reflejo de tu red de animadores.
6. "Puedo alcanzar mis metas"
Independientemente de si has decidido tomar un día de descanso o ir a caminar con un amigo, tómate un momento para pensar en todo lo que has conseguido en una semana. Puede que seas un poco más rápido en las carreras. O tal vez puedes levantar un poco más de peso que la semana pasada. Quizá ahora puedes bajar un poco más en las sentadillas. Debes celebrar cualquier logro obtenido, aunque sea pequeño. Y da las gracias por que tienes salud y puedes seguir trabajando para alcanzar tus metas.
7. "Tengo todo lo que necesito"
Aunque es algo natural del ser humano el querer siempre un poco más; cuando llegues al meollo de lo que realmente importa en la vida probablemente te percates de que tienes todo lo que necesitas para ser feliz. Este simple hecho puede servirte de recordatorio para practicar diariamente la gratitud mientras te enfrentas a otra semana de ejercicios. Después de todo, cuanto más amable seas contigo mismo, más feliz estarás en la oficina, en tus relaciones y, por supuesto, en el gimnasio.
Como siempre, consulta con un médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios. Consulta toda la exención de responsabilidades médicas aquí.